El fotógrafo documental y arquitecto
Gabrielle
Basilisco ha sido uno de los mayores inspiradores de mi trabajo Fin de Grado. Debido a que este fotógrafo tiene una visión directa, despojada de todo
esteticismo además de que mantiene una actitud contemplativa y que
capte todo, que se apodere del espacio y lo convierta en el
protagonista. Además, de no necesitar las dilataciones que
proporciona el gran angular. Él mismo dice que “Me
gusta pensar que entonces aprendí casi a desaparecer como fotógrafo,
que supe situarme al margen, renunciando con ello al nacisismo y a
una representación demasiada subjetiva y a menudo artificiosa, a
favor de una reproducción sólo de apariencia objetiva de la
realidad caracterizada por un gran respeto hacia las cosas”.
Así pues, estamos ante un artista que utiliza una visión “media”
normal, donde a fuerza de la imagen ya no estaría definida por un
marco, sino por algo vivo y fugitivo, tal y como vió en varias
ocasiones en la pintura de Bellotto. Siempre intenta crear espacios
infinitos con ese don de la perfección, del cual goza llenándolo de
misticismo, de solemnidad gracias a los elementos de fuga y espacios
cargados de una atmósfera bastante brumosa. Destacar que también
empleaba las luces en sombra como elemento compositivo de sus
fotografías, adquiriendo estas últimas una importancia y peso
específico a la par. Varias de sus obras características están
encuadradas dentro de la colección “Beirut” (1991) en las cuales
podemos observar la predominancia del blanco y negro que conjuga a la
perfección con las líneas de fuga y un nublado intenso y solitario.
Fotografía perteneciente a la Colección "Beirut" (1991) |
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